Los tiempos de conmemoración son también tiempos de
reflexión y este18 de mayo nos convoca y
nos brinda una oportunidad para recordar el hecho histórico de la Batalla de
Las Piedras y la figura de Artigas.
El 18 de mayo de 1811 se encontraron en este lugar, en
dura batalla, Artigas, Jefe de los Orientales, frente a un pueblo en armas y el
Capitán Posadas, al mando del ejército español.
Pero antes, ¿qué había sucedido?
En 1810, en Buenos Aires, una Junta revolucionaria se
había levantado contra la corona española y necesitaban el apoyo oriental. Josè
Artigas, de 46 años de edad y que hasta el momento había sido capitán de
Blandengues, fue nombrado por esta Junta,
Jefe de las Milicias Orientales.
El 28 de febrero había
estallado la revolución en la Banda Oriental con el Grito de Asencio,
suceso conocido como “la admirable alarma”, que comienza a conmover a las masas
y se extiende como reguero de pólvora por la campaña.
En los primeros días de abril Josè Artigas se incorpora a
este movimiento revolucionario estableciendo su cuartel general - que era en
realidad un campamento donde las ideas se planeaban en fogones- en la ciudad de
Mercedes. Desde allí, en vibrante proclama, llamó a los patriotas que quisieran
tomar las armas y ponerse a sus órdenes.
Las repercusiones fueron favorables y, en su camino hacia
el sur, Artigas va reuniendo a los patriotas sueltos que se levantan por todas
partes. Avanza hacia Montevideo con el objetivo de cercarla y penetrar sus
defensas.
Artigas llegó a Canelones con unos 1000 hombres, el 12 de
mayo. Allí se enteró que habían enviado un ejército para combatirlo, al mando
de Josè Posadas.
De todas partes vienen los orientales hacia Las Piedras
por que aquí a poca distancia del poblado, estaba el estratégico y único paso
posible hacia Montevideo. El 17 de mayo acampa a dos leguas de Las Piedras,
donde se encontraba el ejército enemigo.
El 18 amaneció sereno…luego de varios días de lluvia
y, según los documentos escritos,
hacia las 11 de la mañana se inicia la
batalla que termina avanzada la tarde, con la victoria de los orientales.
Ese día Artigas se
mostró como un general experto, aprovechando la topografía del suelo con una estrategia de combate que aseguró la
victoria. Atacó por el frente, costados y retaguardia, con un
ejército que tan solo contaba con un armamento totalmente improvisado:
unos pocos fusiles y 2 cañones,
boleadoras, lanzas construidas con tijeras de esquilar atadas a cañas de tacuara o ramas de los
árboles que usaban como “picanas” para arrear el ganado. Pero estos criollos
tenían un ímpetu imposible de frenar.
Al finalizar el combate la grandeza de Artigas, igual en
la victoria que en la derrota, se puso de manifiesto: fue tolerante y compasivo
ordenando respetar la vida de los vencidos, gesto que le da una autoridad ética
y moral, relevante para la época.
La Batalla de Las Piedras se convirtió así en la primera
victoria oriental y de toda América contra el gobierno extranjero. La ciudad de
Montevideo quedó aislada del territorio, y la Banda Oriental quedó fuera de la
autoridad española. Artigas pone el sitio a Montevideo.
Este no fue un final para Artigas, sino el comienzo.
Nacía, en nuestro horizonte, el Protector de los Pueblos Libres. Artigas se
constituyó , por derecho propio y bien ganado,
en el enorme caudillo, jefe y
conductor de su pueblo, al que respetaba en su
diversidad cultural, sus múltiples saberes y diferentes manifestaciones.
Fue un hombre de fuerte personalidad puesta al servicio de sus ideales, un gran
conocedor de su gente, un ser humano sensible al dolor y respetuoso de la vida
de sus enemigos.
En esta historia, tan nuestra y compartida, que sea esta
conmemoración un momento de reflexión sobre
los valores artiguistas y la vigencia de los mismos hasta nuestros
días.
Alumna que pronunció el discurso: Melanie Morales, 6to. año
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